jueves, 31 de julio de 2014

Bola de Notre-Dame de la Garde, Marsella (Francia)

   Este año por fin he podido ir a mi primera peregrinación de jóvenes, me lo habían recomendado varias personas y ha sido una experiencia increíble, estoy deseando repetir.

   Esta peregrinación, organizada por varias parroquias de la diócesis de Toledo, cada año se realiza a un lugar diferente con un tema distinto. Este año ha tocado a la región francesa de la Provenza, con el objetivo de visitar las reliquias de varios santos que fueron amigos de Cristo.

   De Marsella conocimos la abadía de San Víctor, donde se conserva una iglesia paleocristiana del siglo IV, con una rica colección de sarcófagos y reliquias, entre las que se encuentran las de San Lázaro de Betania y las de San Víctor, primer obispo de la ciudad; vimos también el puerto, la catedral y la basílica de Notre-Dame de la Garde (Nuestra Señora de la Guardia, en Castellano), donde compré este souvenir.

   El santuario es espectacular, está situado en la cima de una colina en medio de Marsella, y con una figura dorada de la Virgen coronando su torre, visible desde la mayor parte de la ciudad. El interior es también espectacular, de estilo neo-bizantino, decorado con figuras y cuadros de barcos, pues los marineros de la ciudad consideran a esta advocación como su protectora.

   En la bola, de plástico, aparece una miniatura de la imagen que corona el templo, llamada cariñosamente la Bonne Mère (la Buena Madre). El fondo son las vistas de Marsella desde la basílica, bajo un cielo azul con el nombre de la ciudad y del templo. En la base está el año en el que apareció la primera ermita y el año actual, conmemorando los 800 años de culto en ese lugar, que se dice pronto.







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